En los últimos años, a pesar del predominio de modelos centrado en el déficit, han surgido investigaciones que centran su interés en el desarrollo positivo, principalmente en población de adolescentes y/o jóvenes, mostrando una perspectiva centrada en el bienestar que amplía el concepto de salud para incorporar aspectos como habilidades, conductas y competencias fundamentales para el logro del éxito en el ámbito social, académico y profesional de los individuos. En este escenario, resulta importante el estudio del desarrollo positivo como una forma de resaltar los activos positivos de los individuos, permitiendo promover habilidades   y competencias que permitan mitigar el riesgo.